Artralgia del tobillo
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La artralgia del tobillo es una enfermedad dolorosa que afecta a las estructuras óseas y a los tejidos que rodean la articulación.
La mayoría de las veces la causa es la inflamación, pero el desgaste o los traumatismos y las enfermedades subyacentes y la obesidad también influyen, provocando la degeneración de la estructura ósea, tendinosa, muscular y cartilaginosa.
Hay tratamientos que se pueden aplicar, que consisten en la aplicación de pomadas y la toma de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios.
Además de esto, también existen remedios instrumentales de fisioterapia y remedios naturales con homeopatía.
Tratamiento de la artralgia del tobillo
En el caso de un dolor de tobillo leve, lo primero que hay que hacer es aplicar hielo. Esto tiene un efecto analgésico y también combate la posible inflamación e hinchazón como resultado de un traumatismo.
La terapia de frío puede repetirse varias veces al día con una duración de unos 15 minutos por sesión.
El calor también tiene sus efectos beneficiosos mediante la inmersión en agua caliente o el uso de una bolsa térmica, que tiene un efecto relajante sobre los músculos, si el dolor se debe a un esfuerzo físico o a una actividad motora prolongada.
Si las molestias se agravan, con el tiempo podemos pasar al tratamiento farmacológico, que consiste en el uso de AINE (antiinflamatorios). Cuando no hay inflamación, se utilizan analgésicos normales, a base de paracetamelo, que alivian tanto el dolor como la hinchazón.
En caso de dolor muy intenso, deben realizarse todos los controles necesarios, desde análisis de sangre hasta exámenes de diagnóstico por imagen, como ecografías o radiografías para observar cualquier anomalía.
El remedio en tal caso es un período de inmovilización con un vendaje en el tobillo, que impone un descanso necesario y permite la recuperación mientras se toman los analgésicos.
En la segunda parte del tratamiento se puede llevar a cabo un periodo de fisioterapia, así como un tratamiento de iontoforesis y ultrasonidos, para ayudar a que la articulación afectada por la artralgia recupere totalmente su función.
Las mejoras con la fisioterapia son un aumento de la amplitud y la libertad de movimiento y un fortalecimiento de los músculos que rodean la propia articulación.
El dolor de tobillo también puede deberse a la artritis reumatoide y para ello es necesario no ceder a un estilo de vida sedentario.
La actividad física, como caminar, subir escaleras o hacer footing, es la mejor manera de evitar la atrofia muscular y, por tanto, la rigidez del propio tobillo. La actividad física también protege contra las contracturas y las dificultades en la marcha simple, que aparecen con el tiempo y, si no se actúa con prontitud, pueden incluso conducir a la inmovilidad y, por tanto, a la no autosuficiencia.
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Remedios naturales para la artralgia del tobillo
En casos de dolor leve, la artralgia del tobillo también puede tratarse con productos homeopáticos, que pueden proporcionar cierto alivio.
Deben utilizarse como complemento, y nunca en lugar, de la medicina oficial.
En este último caso, el médico puede ordenar que se apliquen pomadas y cremas directamente en la zona afectada, sobre todo cuando hay inflamación, que son principalmente a base de cortisona e ibuprofeno.
Los remedios fitoterapéuticos pueden utilizarse junto a los de la medicina oficial.
Se trata de compuestos a base de árnica y garra del diablo, que son flores cuyos extractos tienen propiedades antiflogísticas. Son especialmente eficaces en casos de reumatismo.
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Lo mismo puede decirse de los aceites esenciales de masaje a base de extractos de eucaliptol y menta, que tienen un efecto analgésico.
Las aplicaciones tópicas pueden encontrarse en diversas combinaciones, son de rápida absorción, no son grasas y casi siempre son productos orgánicos, es decir, libres de cualquier sustancia química.
Otro remedio natural es un baño de pies en agua caliente con sal de Epsom, que se dice que es beneficioso para el dolor articular.
También se utilizan mucho los parches percutáneos, que se caracterizan por la lenta liberación del principio activo en contacto prolongado con la piel y por el calor que desprenden en el tobillo.
Se trata de un tratamiento localizado, muy similar al de las pomadas, que debe mantenerse durante 24 horas y que puede dar excelentes resultados en casos de artralgias menores.
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El mismo medicamento se utiliza con parches que contienen antiinflamatorios no esteroideos, que actúan como analgésicos sobre el dolor y la inflamación.
Es útil saber que estos medicamentos se refieren al tratamiento sintomático, es decir, dirigido a las manifestaciones y no a la causa.
Cualquier tipo de tratamiento, ya sea la medicina oficial o la homeopática, requiere siempre un diagnóstico médico.
Es importante identificar la causa precisa y actuar a tiempo para evitar que la articulación sufra consecuencias irreversibles.
Junto con la articulación de la rodilla, la articulación del tobillo soporta todo el peso del cuerpo, lo que supone una gran tensión.
Por ello, el exceso de peso también afecta a su estabilidad y al inicio de procesos inflamatorios.
Artralgia y tratamiento temprano
Según los estudios médicos, la mayoría de los casos de artralgia y artrosis, es decir, alrededor del 70%, se deben a traumatismos, y el resto a enfermedades anteriores.
Esto significa que en la mayoría de los casos pueden tratarse con terapias farmacológicas realizadas de forma concomitante o inmediatamente después del evento traumático.
La situación clínica en la que la artralgia del tobillo puede desencadenarse y desarrollarse, incluso algún tiempo después del evento traumático, se refiere a las fracturas del maléolo, el calcáneo, el astrágalo, la tibia y el peroné.
Además, hay lesiones de ligamentos o casos de deformidad ósea congénita o adquirida, e incluso inestabilidad de la articulación del pie.
En estos casos, el tratamiento se lleva a cabo al mismo tiempo, y la curación completa y la recuperación se puede lograr a cualquier edad siguiendo las instrucciones médicas.
En los casos en que la causa de la artralgia del tobillo es la artritis reumatoide, las enfermedades inflamatorias crónicas o la hemofilia, es conveniente realizar un diagnóstico precoz y aplicar todos los tratamientos para la enfermedad subyacente y los síntomas.
Esto es aún más importante cuando se trata de pacientes de edad avanzada, que tienen tiempos de recuperación más largos debido al desgaste natural de una articulación como el tobillo.