¿Artritis infantil, que es y para que sirve exactamente? Aunque la artritis es una enfermedad más frecuente en personas mayores, es posible encontrar artritis infantil en niños, una enfermedad que puede afectar no sólo a los niños sino incluso a los bebés.
La artritis infantil es, de hecho, una inflamación de las articulaciones que puede manifestarse de diferentes maneras, comenzando de forma inofensiva e imperceptible con hinchazón y dolor articular.
¿Qué es la artritis infantil?
Contenido
La artritis infantil, también llamada artritis idiopática juvenil, es una forma de reumatismo que implica una inflamación persistente de las articulaciones. Se denomina juvenil porque las características con las que se manifiesta la enfermedad son diferentes a las de los adultos. Además, el término juvenil indica una enfermedad que se produce antes de los dieciséis años.
La artritis infantil aún no tiene una causa médicamente definida, pero según los estudios realizados puede decirse que la enfermedad depende de una regulación no funcional del sistema inmunitario, que se extiende a las articulaciones, y por esta razón la artritis infantil se define como una enfermedad autoinmune.
La artritis juvenil no es necesariamente hereditaria y es muy poco probable que los padres que sufren reumatismo en la edad adulta hayan transmitido el problema a sus hijos. Sin embargo, es posible afirmar que los hijos de padres con artritis son más propensos a reaccionar negativamente ante diversos factores ambientales. Esto significa que fenómenos como el estrés, las enfermedades previas u otras causas pueden conducir a la inflamación de las articulaciones y a la artritis infantil.
La artritis infantil puede desarrollarse de tres formas diferentes:
1. Artritis infantil oligo o pauciarticular. Esta forma de artritis es la más frecuente e implica la inflamación de una a hasta cuatro articulaciones. Las articulaciones más comúnmente afectadas son los tobillos, las rodillas, las muñecas y los codos.
2. Artritis infantil poliarticular. En esta forma más grave de artritis, la inflamación afecta a más de cuatro articulaciones. En este caso, las pequeñas articulaciones de los pies y las manos también pueden sufrir dolor e hinchazón.
3. Artritis sistémica infantil. Es la forma más grave de artritis juvenil y se manifiesta como una inflamación general de todo el cuerpo. Además de la hinchazón y el enrojecimiento, puede haber otros síntomas más importantes como fiebre, manchas en la piel, malestar general y aumento de tamaño del hígado, los ganglios linfáticos y el bazo.
Síntomas de la artritis infantil
Para saber si un niño tiene artritis juvenil, es necesario observar su comportamiento. La artritis juvenil puede ser leve en las primeras fases y puede degenerar en una forma más grave con el tiempo.
Por eso es importante conocer los síntomas de la enfermedad.
Los más comunes son el dolor articular, la hinchazón de la zona afectada y la rigidez articular matutina. Además de estos, puede haber otros síntomas más preocupantes como:
– Cojera. Si la artritis infantil afecta a las articulaciones de las piernas o de los pies, puede apreciarse en el niño una cojera antálgica relacionada con una marcha lenta y rígida.
– Dificultad para cerrar el puño. Por otro lado, la artritis que afecta a las articulaciones superiores puede hacer que el niño tenga dificultades para agarrar objetos o mantener la palma de la mano abierta con todos los dedos extendidos.
– Posición antálgica. Los niños que padecen artritis infantil pueden adoptar posturas inusuales. Por lo general, la postura indica el grado de dolor que están experimentando.
– Cansancio. Los niños afectados por la enfermedad pueden estar muy cansados y perezosos a causa del dolor. En este caso hay que comprobar si los niños muy pequeños no quieren caminar y si los mayores se niegan a correr cuando juegan.
– Dificultad para masticar. La artritis infantil también puede afectar a las articulaciones de la mandíbula y los huesos maxilares y no permitir que el niño mastique fácilmente alimentos más duros de lo habitual.
– Rigidez matutina. La artritis implica la rigidez de las articulaciones, especialmente durante la noche y por la mañana, debido a la inmovilidad prolongada de las extremidades.
Remedios médicos para la artritis juvenil
La artritis idiopática juvenil es una enfermedad importante en los niños porque implica dolor y dificultad de movimiento, pero en la mayoría de los casos se cura espontáneamente cuando crecen.
Para aliviar la inflamación, sobre todo en la fase aguda, pueden ser de gran ayuda los medicamentos y, en particular, los antiinflamatorios no esteroideos, que, además de actuar como analgésicos, tienen una buena acción antiinflamatoria..
En los casos más graves, la infiltración con cortisona de liberación lenta puede ayudar, ya que el fármaco actúa en el lugar de la inflamación, lo que permite obtener resultados positivos en poco tiempo.
Actividad deportiva y artritis infantil
Si se detecta una forma de artritis en un niño, la actividad deportiva puede ser de gran ayuda. Si se hace con moderación, mejora el flujo sanguíneo, aumenta la resistencia y permite una mejor oxigenación.
Por lo tanto, la actividad deportiva debe practicarse en todo momento, incluso en presencia de la enfermedad, preferiblemente con la ayuda de un fisioterapeuta que podrá indicar los mejores ejercicios a realizar para tener una postura correcta y reducir el dolor.
El deporte es una excelente base para prevenir la enfermedad porque al fortalecer los músculos, la actividad articular también se beneficia; de esta manera el cuerpo estará preparado para enfrentar cualquier tipo de problema al ser más fuerte.
Sin embargo, para evitar que la inflamación aumente, es necesario practicar deportes en los que la presión mecánica ejercida sobre las articulaciones se reduzca al mínimo. Por lo tanto, los deportes más adecuados son los acuáticos, ya que el agua permite movimientos más fluidos y un menor esfuerzo, por lo que el peso es menor.
Otro deporte a practicar es el ciclismo, que mejora la oxigenación y la circulación sanguínea, pero en este caso es mejor evitar las subidas.
En algunos casos, puede ser útil disponer de una bicicleta de interior para utilizarla cuando el tiempo no lo permita.
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