¿Lumbágó, que es exactamente? Para resolver la fase aguda y reducir el dolor, el primer enfoque es la terapia farmacológica. Los fármacos de primera línea en el tratamiento de la lumbalgia son los AINE (antiinflamatorios no esteroideos) como el ibuprofeno, el ketoprofeno o el diclofenaco, seguidos de los analgésicos “puros” como el paracetamol y los relajantes musculares. Para el dolor más intenso, están indicados los derivados de la cortisona, los anestésicos locales inyectables o los analgésicos opiáceos, pero siempre deben ser prescritos por el médico de cabecera.
Los fármacos tienen un efecto analgésico muy bueno, pero se sabe que a veces los beneficios se ven superados por los desagradables efectos secundarios. Para reducir el riesgo de reacciones adversas, los analgésicos pueden utilizarse en forma de Ungüentos, espumas o parches, ya que la concentración sistémica de los principios activos es menor cuando se administran por vía tópica que por vía oral.
Tratamiento del Lumbágó
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Por lo general, el Lumbágó desaparece en un par de semanas, pero si no se resuelve en el plazo establecido y hay una reducción funcional significativa, el médico prescribirá exámenes especializados (radiografías, resonancia magnética, tomografía computarizada, etc.) y evaluará la posibilidad de enviar al paciente a un fisioterapeuta u otro profesional experto.
El recurso temprano a la fisioterapia reduce la necesidad de someterse a infiltraciones y cirugía. El fisioterapeuta suele combinar ejercicios de rehabilitación postural con tratamientos manuales y terapias físicas instrumentales.
Terapias manuales
– Kinesioterapia: práctica que consiste en someter al cuerpo a una serie de movimientos con fines terapéuticos. Utiliza tanto movimientos pasivos, realizados con la ayuda del fisioterapeuta, como movimientos pasivos, realizados por el paciente con la contracción voluntaria de los músculos;
– Osteopatía: un tratamiento no convencional que proporciona un enfoque holístico al paciente y tiene como objetivo prevenir y tratar la enfermedad estimulando la capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo;
– Masoterapia: procedimiento terapéutico que consiste en someter a los músculos y tejidos tegumentarios a una serie de manipulaciones. El masaje tonifica los músculos, mejora la circulación linfática y sanguínea y eleva la temperatura local, aliviando así el dolor.
Terapias físicas
– Tecarterapia: terapia realizada con una máquina capaz de inducir un aumento de temperatura en los tejidos biológicos profundos sin irradiar energía desde el exterior;
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– Terapia láser: utiliza la energía luminosa de un láser para reducir el dolor y la inflamación.
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Productos naturales para aliviar el dolor
Remedios alternativos para el Lumbágó
Si no quieres tomar demasiados medicamentos, puedes recurrir a remedios complementarios, como las bandas térmicas, que ayudan a aliviar la tensión muscular en la zona lumbar y en algunos casos tienen una función de masaje que aumenta su eficacia, y a la ayuda de hierbas relajantes.
Entre los remedios naturales más utilizados por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas están la garra del diablo (Harpagophytum procumbens), muy utilizada en la medicina tradicional africana, y la Boswellia, una planta originaria de la India que debe su acción antiflogística a la enzima 5-lipoxigenasa. El primero se encuentra en forma de pomada, el segundo como extracto seco en cápsulas, comprimidos o como tintura madre.
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El Ribes Nigrum (gemoterapia), que se considera una cortisona natural, el Arnica montana (homeopatía), ideal para las inflamaciones agudas y crónicas y los traumatismos físicos, y el Sauce blanco, que aprovecha las propiedades antirreumáticas de la salicina, de la que se obtiene la aspirina, también ayudan con los dolores lumbares.
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¿Es útil el yoga contra el Lumbágó?
Las personas que sufren de Lumbágó pueden beneficiarse del yoga, ya que consiste en flexionar lentamente las articulaciones y relajar los músculos, pero debemos ser conscientes de los riesgos que puede conllevar una práctica incorrecta. En concreto, las asanas más útiles para aliviar o prevenir el dolor lumbar son: la postura de la montaña (Tadasana), el movimiento de la vaca y el gato (Marjayasana-Bitilasana), la postura de la cobra (Bhujangasana), la postura del triángulo extendido (Utthita Trikonasana), la flexión de pie hacia delante (Uttanasana) y la postura de giro del vientre (Jathara Parivartanasana).
Qué hacer en caso de Lumbágó: recomendaciones
No es necesario acudir a un especialista ante los primeros síntomas de lumbalgia, pero es bueno hacer algunos ajustes en el estilo de vida. A este respecto, le recomendamos que
– eliminar los factores de riesgo, como el sobrepeso y las malas posturas, pero también el tabaquismo, que reduce la oxigenación de los tejidos;
– coloca una almohada bajo las rodillas si duermes boca abajo para relajar los músculos lumbares. Si prefiere dormir de lado, coloque una almohada entre las rodillas para restablecer la alineación fisiológica de las caderas, la pelvis y la columna vertebral;
– seguir una dieta depurativa para evitar la acumulación de toxinas que favorecen la inflamación;
– evitar el reposo total porque debilita los músculos. El movimiento, por otra parte, puede curar tanto como prevenir el Lumbágó. Se recomienda una vuelta gradual a las actividades cotidianas y la práctica de una actividad física como la natación o el pilates, que fortalecen la espalda.