Qué son las articulaciones y cómo funcionan
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¿Test de artrosis, que es y para que sirve exactamente? Para que nuestro cuerpo se mueva, necesitamos articulaciones, los puntos en los que se conectan todos los segmentos óseos que componen el esqueleto. Sin articulaciones, no sólo no podríamos realizar ningún movimiento, sino que la estructura ósea sería muy frágil y cualquier roce entre los huesos los dañaría gravemente.
Lo que separa las articulaciones puede ser tejido fibroso, líquido o cartílago, dependiendo de la función y el tipo.
Nuestro cuerpo tiene alrededor de 360 articulaciones, que trabajan con el apoyo de tendones, ligamentos y músculos para realizar incluso las tareas más exigentes.
Sin embargo, por desgracia para nosotros, las articulaciones pueden enfermar, dañarse e inflamarse, dando lugar a fenómenos irreversibles o dolorosos.
Aunque el dolor articular es muy común y, en los casos más leves, suele ser transitorio e inofensivo, es importante reconocer los signos de advertencia de problemas más graves para evitar que se agraven y buscar la ayuda de su médico.
Qué es la artrosis
La artrosis es una enfermedad degenerativa crónica que ataca las partes del cartílago de las articulaciones. Así, el cartílago se consume y se destruye, con consecuencias muy graves para la salud.
Esta enfermedad suele aparecer después de los 65 años, porque la edad y otros numerosos factores de desgaste ya han contribuido al deterioro natural de la flexibilidad y la producción de cartílago y colágeno.
También existen otras numerosas enfermedades que pueden favorecer la aparición de la artrosis o su agravamiento más o menos rápido, e incluso lesiones previas en las articulaciones.
Por lo tanto, no hay que subestimar esta enfermedad y relegarla a la patología normal y a los achaques de la vejez, sino diagnosticarla lo antes posible para tomar las medidas necesarias.
Otra cosa importante que hay que saber es que la artrosis no debe confundirse con la artritis, que es una inflamación que afecta a las articulaciones, a menudo con síntomas y dolores igualmente intensos.
Qué articulaciones se ven afectadas por la artrosis
Las articulaciones ricas en cartílago que más a menudo se ven afectadas por la artrosis son las de las manos, las muñecas, los pies, las caderas, las rodillas e incluso la columna vertebral.
En el caso de las manos y las muñecas, las primeras son definitivamente las más frecuentes, con desviaciones laterales visibles de las últimas falanges.
En el pie, los episodios suelen ir precedidos de una bursitis, una inflamación dolorosa seguida de un deterioro progresivo de la articulación del dedo gordo.
La artrosis de cadera es quizás una de las más temibles e incapacitantes, ya que hace que caminar sea cada vez más difícil, con un dolor que recorre la parte exterior de los muslos hasta la ingle y las rodillas.
La artrosis de rodilla es uno de los problemas clásicos en las personas mayores, especialmente en aquellas con problemas pasados o actuales de sobrepeso, o de trabajo desgastado. Doblar la rodilla se vuelve imposible y doloroso, con dificultad para estar de pie, caminar y subir escaleras y la aparición de osteofitosis y varo.
En cambio, en la columna vertebral, los problemas de artrosis afectan generalmente a las partes finales, es decir, a las fascias lumbares y cervicales, que están más sometidas al desgaste y son más móviles.
Test de artrosis: ¿Cuáles son los síntomas de la artrosis?
El síntoma principal es obviamente el dolor, ya sea sordo o agudo y punzante, y en muchos casos directamente punzante.
La ausencia de una cobertura cartilaginosa adecuada somete a las estructuras adyacentes a una presión de rozamiento. El dolor suele aparecer tras un esfuerzo excesivo en la articulación afectada o incluso simplemente durante el movimiento de la misma y tiende a remitir en reposo.
Durante la noche, la artrosis tiende a aliviarse al acostarse, sólo para reaparecer por la mañana.
Otro síntoma es la rigidez matutina inmediatamente después de despertarse, que requiere la movilización lenta de la extremidad para desbloquear la articulación.
Los otros síntomas son entonces la limitación de la movilidad de la articulación, la rigidez, la deformidad de la articulación y la inflamación con hinchazón dura debida a los ostefitos.
Test de artrosis: ¿Qué pruebas hay que hacer para la artrosis?
Si sospecha que tiene artrosis, debe acudir al médico lo antes posible. Su médico podrá empezar a identificar el problema o remitirle a un experto para que le haga los test de artrosis más exhaustivas.
El primer test de artrosis está relacionado exclusivamente con la evaluación de los síntomas por parte del especialista. Comenzará recogiendo todos los detalles sobre el momento de la aparición de los síntomas, evaluando la articulación y su hinchazón o estallido.
Sin embargo, el test de artrosis real que confirmará esto más allá de toda duda razonable es la radiografía. Esta es la única manera de obtener una imagen clara e inmediata de los daños en los cartílagos y los huesos.
Una test de artrosis útil para detectar las primeras fases de la artrosis es la resonancia magnética nuclear.
Sin embargo, en la actualidad no existen pruebas de laboratorio que permitan detectar esta enfermedad con muestras comunes. De hecho, no es infrecuente que las pruebas comunes de laboratorio resulten estar en perfecto estado.
Tratamiento y test de artrosis
Una vez que un médico y un especialista han realizado una evaluación y un diagnóstico adecuados, se puede empezar a considerar la terapia. Desgraciadamente, hay que tener en cuenta que la artrosis, como enfermedad crónica y degenerativa, no se puede curar, detener o corregir como otras enfermedades comunes.
Sin embargo, dependiendo de la gravedad de la situación, se pueden seguir terapias más o menos profundas.
Estas terapias suelen ir dirigidas en primer lugar a aliviar el dolor, evitando así la rigidez muscular. El segundo paso es evaluar y corregir cualquier estilo de vida poco saludable, como la persistencia de hábitos alimentarios poco saludables, el sobrepeso, la falta de ejercicio, el consumo de alcohol y el tabaquismo.
Gracias a estos importantes cambios, se puede frenar el agravamiento de la situación y reducir el dolor.
Por ello, el especialista recomienda la gimnasia de rehabilitación, la medicación y las operaciones correctivas.
También pueden ser útiles los suplementos y las pomadas para aliviar el dolor.
Para una mayor eficacia, se recomienda el uso de ambos productos:
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